Arranca el año…Proyectos nuevos, objetivos pendientes que se cumplen rápido, nuevas metas. Te ves enfocado, con ganas.
Tu día comienza muy temprano, termina tarde y dormís poco. Vas de un lado para otro con el cronómetro como “amigo” o no, depende de cómo se mire… Rutina que se repite día tras día, pero te gusta, no te quejás, te mantenés activo pero quizás poco reflexivo.
Planes, planes y más planes, siempre a “1000”.
Escuchás una noticia y pensás “¿de verdad está pasando?”, “qué raro…” pero seguís. Pocas horas pasan para volver a escuchar la misma noticia, se hace recurrente en boca de todos, mirás detenidamente, sorprendido, incrédulo, pero la máquina no quiere parar…
Volvés a mirar, un poco de reojo, esperando que haya sido algo momentáneo, pasajero, pero no. El mundo cambio, tu mundo cambio.
Bajas a “0”. En un día, todo lo que conocías se detuvo, lejos, más lejos, pero cerca, muy cerca también. Ya nada es, ni será igual.
No sabes, tu vecino no sabe, nadie sabe…incertidumbre total…
Lo que si sabés y lo ves casi como una certeza es que es “el momento”, ¿la señal?, ¿la oportunidad? Sí, la oportunidad…
Oportunidad de mirar el adentro, el afuera.
Oportunidad de cambio.
Oportunidad de valorar lo que tenías y por ahí no estabas tan consciente.
Oportunidad de disfrutar cosas simples , como un rayito de sol que entra por tu ventana , un café a la mañana con tu madre, un almuerzo, una cena, momentos imposibles por el caer sin fin de los minutos de tus días…
Oportunidad de ver quién sos…
Oportunidad de escuchar.
Oportunidad de ver de qué estás hecho realmente.
Oportunidad de desafiar esa fuerza que creías tener.
Oportunidad para que salgan a la luz sentimientos tal vez ocultos
Oportunidad de explorarte, ver tus capacidades, limitaciones, expandir tu mente…
En fin… oportunidad de ser vos…