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ESPACIO PARA DEJARNOS DECIR

Centrado en la experiencia: posibilitando turismo más allá del contexto

Karina Guerschberg, Senderos del Sembrador


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Este artículo es difícil de escribir… hace un año y medio que no podemos viajar porque un bicho infame con nombre de marca de cerveza enfermó el mundo, y nos dejó varados. Y como si fuera poco, se llevó a nuestros amores, parientes, amigos y amigas, que como Águeda, tuvieron que partir antes de tiempo. ¿Cómo se escribe entonces sobre esto que ahora no se puede, sobre aquellos que nos faltan? Pues con la firme convicción que prevaleceremos, que las circunstancias irán cambiando, que volverán los viajes, y que quienes nos dejaron reclaman que sigamos.

No será la primera vez que hacemos lo imposible… Es deber hacer entonces también, en comunidad, entre todos y todas. Escribiremos todas las personas que formamos parte de los viajes que desde Senderos del Sembrador hemos compartido, haciendo efectivo el derecho y el disfrute del turismo, para personas adultas con discapacidad intelectual y extensas necesidades de apoyo. Estarán las palabras de las personas con discapacidad, de  los y las profesionales y personas de apoyo, de las familias.

“Dice un proverbio chino que el que vuelve de un viaje, no es el mismo que se fue. Eso es lo que siento cada vez que un grupo de Senderos decide embarcarse en una nueva aventura turística. Ese arte de transformación personal que sucede al experimentar lo nuevo, la perspectiva que plantea lo desconocido, la salida de la zona de confort de cada uno, la ilusión, los sueños y los miedos. Ansiedad, alegría, nostalgia. Despedirse, partir, intentar, vencer prejuicios sobre uno mismo y sobre los demás, regresar, reencontrarse, añorar, volver a empezar. En esencia un proceso vital de aprendizaje y crecimiento. Cambiar la piel, morir y renacer” . Andrea Cuttica, Lic. en Psicopedagogía

Quienes en algún momento, trabajando por los derechos, elegimos enfocarnos en algo como el turismo, estamos acostumbrados a escuchar que no se puede, o lo que es peor, que no es necesario, ni mucho menos urgente. Habiendo situaciones de salud sin atender, nos decían, nos dicen, cómo y para qué pensar en viajar… Y sobre el turismo como derecho ya hemos escrito antes. Y sobre la calidad de vida, también. Entonces, ¿sobre qué nos falta, o haría falta escribir?

Elegimos escribir sobre las pregunta que debemos hacernos: ¿por qué no? ¿por qué no es importante? ¿por qué no es posible? ¿por qué no es accesible?

Empezando al revés, desde la accesibilidad, las personas con discapacidad intelectual pocas veces necesitan una rampa. La accesibilidad está dada por la pregunta correcta. Por ejemplo: ¿querés viajar? ¿a dónde? ¿Qué necesitamos?

“Hola!! que linda invitación a pesar de los motivos...Cuando pienso en viajes no alcanza con solo pensar, es más que eso...nos necesita como protagonista y movernos (no solo de casa hasta el lugar de destino). El viaje empieza desde el momento que soñamos con un lugar, buscamos información y fotos, todo dato es bienvenido para ir pensando el destino. El viaje nos necesita, porque lo caminamos, recorremos y hasta respiramos el aire del lugar. Mi primer viaje con Senderos del Sembrador me marcó para siempre...fue un destino que muchos conocieron por primera vez, quizás también era la primera vez que viajaban con amigos, sin la familia… Las caras "de susto" al vernos llegar al hotel en minutos se diluyeron...no eramos más que un grupo de gente adulta hospedándose. Cada uno elegía qué comer y lo buscaba en el bufete. En cada habitación se armó grupos pequeños de viajeros compartiendo horas de sueño y soñando despiertos. En los tiempos libres (entre tantas excursiones) algunos dormían la siesta...otros preferíamos gastar las zapatillas de tanto caminar por la ciudad y armar rondas de mates frente al lago. Elegir, caminar, matear, amigos y montañas...imposible que no sea un gran plan.

Viajar  está en mi lista de prioridades de la vida, no comprendo  la idea que existan personas sin esta posibilidad tan hermosa.  Viajar es aventura, es descubrimiento, son aires nuevos y experiencias inolvidables. Que podamos hacer accesible esta aventura es gracias a personas como Águeda y por ella, no debemos parar. ¡Gracias para siempre!” Ligia Mendez, facilitadora

La accesibilidad debe ser comprendida de un modo amplio. Preguntarnos sobre cómo accedemos es central. Las barreras económicas suelen dejarse de lado, pero es imprescindible pensar en políticas públicas para la accesibilidad turística. Por ejemplo, los hoteles de turismo social, de Embalse y Chapadmalal, que brindaban a los grupos de personas con discapacidad alojamiento, alimentación y entretenimiento en forma gratuita, estando a cargo del grupo de viajantes sólo la forma de llegar, derribaba una de las barreras centrales: la económica. Pero a la vez, al menos en nuestra experiencia, al permitirnos compartir con otros grupos, por ejemplo, de adultos mayores, promovía inclusión: ya no era un viaje exclusivo de un grupo de personas con discapacidad, y se compartía con otras personas, con quienes se competía en torneo de tejo, se bailaba chacarera, se reía en el teatro, o se bailaba.

En la situación de necesitar extensos apoyos, los viajes grupales permiten derribar otras barreras menos visibles.

“En el caso particular de Facu los viajes que ha hecho con Senderos han sido sumamente productivos para él no sólo porque disfruta de salir, conocer y compartir los diferentes momentos sino también para nosotros como familia. No es frecuente que nos separemos de él por más de 24 horas entonces el hecho de que se fuese más de un día fue también para nosotros un gran desafío, confiar en que se iba a sentir bien y que además se iba a adaptar a las distintas propuestas que significaba cada experiencia. Por suerte esas experiencias siempre fueron exitosas y reconfortantes, ver las fotos y videos que mandaban gozando de cada lugar era muy emocionante para toda la familia. Por otro lado creo que también fortaleció su independencia ya que aunque el equipo de Senderos siempre asiste a todo el grupo intuimos que en algunos momentos los muchachos y muchachas tienen que resolver pequeñas cuestiones y hasta tomar decisiones: elegir que comer, con quien quieren compartir habitación, etc. En síntesis toda una aventura llena de emociones donde no sólo los chicos disfrutan y conocen nuevos lugares sino que además las familias pueden hacer una pausa en las rutinas con ellos y así aprender a valorar cada instante que compartimos con nuestros queridos hijos”. Marcela, mamá de Facundo

Viajar es un momento de independencia, de autonomía. Forma de participar con amigos y amigas. De ser adultos y adultas.Y el grupo como factor de autonomía y de seguridad

“Para toda la familia fueron sumamente importantes, todos,  y cada uno de sus viajes, en especial, para Mauricio. Notamos cómo se sentía orgulloso, más independiente, feliz y sin dudas de partir. Cómo familia nos sentimos muy felices de está oportunidad, gracias a sentirnos sumamente tranquilos, por la enorme responsabilidad de su directora y equipo docente. Cómo flia. sentimos enorme  alegría de que tenga está oportunidad, igualando a la de sus hermanas; ayudó a tener un espacio para nuestra pareja y además para ver tíos muy mayores, no cercanos a nuestro hogar. A su regreso, es enorme la alegría, muestra crecimiento y orgullo de ser, está vez, él, quién trae regalos y los entrega con tanta satisfacción. Mil gracias por tanta felicidad”  María Rosa, Mamá de Mauricio

En una encuesta realizada sobre 43 familias, consultando sobre las necesidades para facilitar el turismo, detectamos algunas situaciones respecto de las barreras. Más del 50% elige viajar en auto

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Y también en un porcentaje similar, eligen el mismo destino cada año

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Estos dos indicadores nos hablan de la incertidumbre y del cansancio de soportar la mirada de los otros, y la presión por la conducta perfecta

Las familias valoran o necesitan: que el lugar no presente dificultades de acceso, que se mejoren los apoyos en los aeropuertos, la posibilidad de personalizar la experiencia sin costos extras, lugares tranquilos con piletas peloteros aire libre, comedores tranquilos, habitaciones con cocina, apoyo para que pueda quedarse en un lugar mientras los otros miembros de la familia realizan salidas, gente preparada, playas accesible

“¿Cuándo volvemos a viajar?” fue la pregunta durante todo este tiempo de pandemia. Los viajes nos unen en recuerdos de convivencia y conocimiento con otras personas en otros lugares. El viaje no empieza cuando nos subimos al transporte que nos aleja de casa sino cuando decidimos a dónde ir y nos llenamos de ideas sobre qué queremos hacer y con quién(es); planificamos qué llevar, qué lugares visitar, cuáles son las atracciones típicas de nuestro destino. Los paisajes se vuelven nuestros cuando podemos ver y vernos a través de los ojos de los de al lado. Las fotos, las canciones que escuchamos, las personas que conocemos, los recuerdos, se van con nosotros como capital invaluable de una experiencia colectiva que nos presenta un poco más de nosotros mismos y de las personas con quienes compartimos ese viaje. Es nuestro derecho y se hace posible gracias a quienes se han esforzado porque esté garantizado a todas las personas y se sigan facilitando y creando las posibilidades de viajar, que se comprometen y se autoconvocan a trabajar y acompañar para que la experiencia sea plena y placentera. En los viajes nos conocemos más, se fusiona nuestra cotidianidad en el compartir de un espacio nuevo. Apenas volvemos, ya queremos planear el próximo viaje. Milagros Albornoz Orfila

Nos quedan pendientes todos los comentarios de los y las viajeras: "Cuando nos vamos de viaje? ¿Te acordás cuando nos fuimos a Mendoza? "Me gustó la comida del hotel Quiero armar la valija. Qué llevamos al viaje? Llevamos el mate. Yo quiero compartir habitación con.. Señas de avión, valija, viaje, amigos en una misma frase..Con quién voy en el micro?"

El turismo es central porque las personas necesitamos experiencias, para disfrutar, para conocer lo que nos gusta, para poder elegir, para aprender, crecer. Todas las personas… las personas con discapacidad tambièn. Y las personas con discapacidad intelectual, que muchas veces han transcurrido su vida en entornos empobrecidos, privados de explorar, lo necesitan tanto o màs que el resto. Es un derecho, una necesidad, un placer. Volveremos a viajar. Llevaremos en la mochila tambièn a quienes nos faltan… pero seguiremos viajando


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